Mi intención inicial para hacer esta entrada fue la de hablar de los cuentos de Pablo Palacio, "Un Hombre Muerto A Puntapiés" y "El Antropófago", pues, hasta lo que he leído, pienso que en estas obras se encuentran todas las características de este escritor, son obras fascinantes según mi punto de vista, que además están conectadas en alusiones que nos muestran que el narrador es la misma persona en los dos relatos.
Pero al ser un escritor tan bueno, me pregunté, ¿por qué no había escuchado antes algo acerca de él? Y con esta inquietud, me enteré de lo que fue y es su realidad.
En primer lugar, hubiera apostado lo que fuera a que era Quiteño, al mencionar siempre a la ciudad en los cuentos que he leído, pero fue muy grande mi sorpresa al enterarme que es Lojano (pero que pasó la mayor parte de su, lastimosamente, corta vida en Quito), y que nació en un año que, según mi punto de vista muy personal, fue muy importante para el país, 1906. Es genial el pensar que sus obras principales y tan magníficas fueron escritas siendo muy joven aún, lo que nos abría el tiempo suficiente a que siguiera creando y escribiendo obras cada vez mejores, y magnas. Pero el destino (quien sabe si existe o no), esta vida, o este mundo, no nos permitió gozar de esto, pues Palacio cae en la locura, desde sus 30 años, para ya en 1940, ser internado en un manicomio.
Y es aquí en donde empieza el drama, hecha tragedia (o no), mas que de su vida, de sus obras, y de la literatura ecuatoriana. Es de esta locura, de la que se aprovechan los críticos que repudiaban y/o censuraban la actitud de Palacio; aprovecharon de esta para convertirla en una coartada y dejarlo lentamente olvidado y sin credibilidad. Nosotros mismos nos destruimos, nosotros mismos somos los que no nos permitimos un mejor desarrollo. Una realidad desgraciada del país. Pero en parte, puede ser entendible: Pablo Palacio, persona vanguardista en su época, no solo a nivel del Ecuador, sino, Latinoamericano, y probablemente, mundial, muy culto y lleno de conocimiento literario; que logró quebrar los códigos establecidos en la literatura, vigentes desde el siglo XIX. a través de una óptica diferente el arte, la estética y la sociedad en su conjunto. Obviamente iba a ser víctima por esto, de ataques e incomprensiones, un destino (si existe) preestablecido, y que se debía evitar; cosa que hemos visto ha pasado antes con otros genios, como es el caso muy similar de Vincent Van Gogh.
Pero ahora, el tiempo, es el que se está encargando de ubicarlo en el lugar que se merece, el de uno de los mayores innovadores que ha dado la literatura latinoamericana en el último siglo; Y, tomando esto de un ensayo escrito por un señor llamado Leonardo Candiano: "Fue un hombre que tuvo la sapiencia y el coraje necesarios para hacer desde su obra una férrea y sistemática lucha al orden establecido, cuestionándose las bases mismas sobre las que se erigía la tradición literaria. Rompió no sólo con el código lingüístico tradicional, sino que quebró las estructuras narrativas mismas; en particular, las de las novelas realistas y románticas."
Un gran escritor que resurge, me alegra el ayudar, aunque sea a un nivel pequeño, en esto; esperemos se logre una catarsis.
Antonio Villarreal
--El Toño--
Pero al ser un escritor tan bueno, me pregunté, ¿por qué no había escuchado antes algo acerca de él? Y con esta inquietud, me enteré de lo que fue y es su realidad.
En primer lugar, hubiera apostado lo que fuera a que era Quiteño, al mencionar siempre a la ciudad en los cuentos que he leído, pero fue muy grande mi sorpresa al enterarme que es Lojano (pero que pasó la mayor parte de su, lastimosamente, corta vida en Quito), y que nació en un año que, según mi punto de vista muy personal, fue muy importante para el país, 1906. Es genial el pensar que sus obras principales y tan magníficas fueron escritas siendo muy joven aún, lo que nos abría el tiempo suficiente a que siguiera creando y escribiendo obras cada vez mejores, y magnas. Pero el destino (quien sabe si existe o no), esta vida, o este mundo, no nos permitió gozar de esto, pues Palacio cae en la locura, desde sus 30 años, para ya en 1940, ser internado en un manicomio.
Y es aquí en donde empieza el drama, hecha tragedia (o no), mas que de su vida, de sus obras, y de la literatura ecuatoriana. Es de esta locura, de la que se aprovechan los críticos que repudiaban y/o censuraban la actitud de Palacio; aprovecharon de esta para convertirla en una coartada y dejarlo lentamente olvidado y sin credibilidad. Nosotros mismos nos destruimos, nosotros mismos somos los que no nos permitimos un mejor desarrollo. Una realidad desgraciada del país. Pero en parte, puede ser entendible: Pablo Palacio, persona vanguardista en su época, no solo a nivel del Ecuador, sino, Latinoamericano, y probablemente, mundial, muy culto y lleno de conocimiento literario; que logró quebrar los códigos establecidos en la literatura, vigentes desde el siglo XIX. a través de una óptica diferente el arte, la estética y la sociedad en su conjunto. Obviamente iba a ser víctima por esto, de ataques e incomprensiones, un destino (si existe) preestablecido, y que se debía evitar; cosa que hemos visto ha pasado antes con otros genios, como es el caso muy similar de Vincent Van Gogh.
Pero ahora, el tiempo, es el que se está encargando de ubicarlo en el lugar que se merece, el de uno de los mayores innovadores que ha dado la literatura latinoamericana en el último siglo; Y, tomando esto de un ensayo escrito por un señor llamado Leonardo Candiano: "Fue un hombre que tuvo la sapiencia y el coraje necesarios para hacer desde su obra una férrea y sistemática lucha al orden establecido, cuestionándose las bases mismas sobre las que se erigía la tradición literaria. Rompió no sólo con el código lingüístico tradicional, sino que quebró las estructuras narrativas mismas; en particular, las de las novelas realistas y románticas."
Un gran escritor que resurge, me alegra el ayudar, aunque sea a un nivel pequeño, en esto; esperemos se logre una catarsis.
Antonio Villarreal
--El Toño--
No hay comentarios:
Publicar un comentario